13 mar. 2024
Concepción Campos
“Un anillo para gobernarlos a todos”, esa era, según Gandalf la inscripción que portaba el “anillo”, en el clásico de Tolkien, y con esa filosofía podríamos enfocar la futura aparición de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT), ya conocida como la SEPI Digital.
En el Consejo de Ministros del pasado día 5 de marzo, se adoptaba el acuerdo para iniciar tramitación urgente del Real Decreto por el que se regulan las condiciones de transformación de la Sociedad SEMyS en la Entidad Pública Empresarial Sociedad Española para la Transformación Tecnológica y la aprobación de su receptivo estatuto. ¿Por que es importante esta decisión?
Llevamos muchos (muchos) años hablando de transformación digital, pero sin duda la pandemia puso sobre la mesa la urgencia en acelerar este proceso. De hecho, la transición digital es uno de los cuatro pilares del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, y con esa importancia se traslada al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia aprobado por España. Sin embargo, los resultados son manifiestamente mejorables.
Las razones, muchas y variadas, pero entre las más importantes, la falta de una estructura ágil que lidere las inversiones, la estrategia y la gestión, y, por otra parte, la complejidad territorial que se multiplica en la complejidad organizativa de la Administración. Una AGE, con sus múltiples ministerios, administraciones públicas en las que cada “maestrillo con su librillo (no vaya a ser que podamos realizar el mismo trámite igual, de forma fácil y accesible), con las 17 CCAA, las 2 Ciudades Autónomas, las más de 8.000 entidades que integran la administración local, más todo el sector instrumental. Difícil gobernar el modelo de transformación digital de forma sencilla.
¿Por qué ahora sí? 3 razones
Se habla mucho de Estonia, de su milagro digital y del ejemplo que supone pero no podemos compararnos así, sin matices. La rica diversidad territorial de España, una gran fortaleza, representa también una considerable debilidad, con graves consecuencias para la ciudadanía, pero también para el desarrollo económico y, por tanto, social. Sin embargo, ahora parece que se empiezan a dar pasos acertados para orientarnos en el camino que permita evitar estos obstáculos.
Como hemos dicho, la transición digital forma parte del mecanismo de financiación extraordinaria, por lo que la SETT será el instrumento para concentrar una gran parte de los Fondos Next Generation. Según el propio Ministerio, el nuevo grupo dispondrá de una capacidad para movilizar fondos por 20.000 millones de euros focalizados en los principales ámbitos de tecnología de vanguardia, al tiempo que concentrará algunos programas de ayudas hasta ahora en manos del Ministerio de Economía o del de Hacienda.
De hecho, el objetivo es que sirva como punto de cohesión de distintas iniciativas que ya están en funcionamiento. Sería el caso del PERTE Chip, dotado con 12.000 millones de euros para semiconductores y microelectrónica; el fondo NextTech, con 4.000 millones de euros para invertir en empresas con alto componente de innovación tecnológica; o el fondo del Hub Audiovisual, con 1.700 millones de euros para las empresas de este sector. Resulta fundamental evitar la dispersión existente y la atomización en las decisiones, que aleja del objetivo transformador que pretende el PRTR y de esa gestión del dato que debería ser ya una realidad.
La SETT, que se configura como una Entidad Pública Empresarial, pretende dotar de agilidad (tan necesaria) a la inversión pública en sectores tecnológicos de vanguardia, que ahora se encuentra repartida en distintos organismos, y de ese modo propiciar sinergias y unidad de propósito y acción en ámbitos donde la competencia internacional es muy intensa y la velocidad de cambio extremadamente rápida. Tal y como explicaba el Ministro Escrivá en su comparecencia en el Senado, «Avanzamos así en el refuerzo de la soberanía tecnológica estratégica, crucial cuando hablamos de sectores críticos para la economía o la seguridad», explicando que la SETT contará con equipos especializados tanto en inversiones como en tecnología, tendrá la capacidad de analizar tendencias y actuar así de forma adaptable y flexible, y propiciará la colaboración público-privada.
¿Qué funciones tendrá?
Entre otras, tendrá como principales funciones el impulso y ejecución de inversiones en sectores estratégicos vinculados a la transformación digital. Pensemos en el contexto actual y lo que puede suponer para la ejecución del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Microelectrónica y Semiconductores (PERTE Chip) y participar en las actuaciones relativas al Fondo Next Tech y del Fondo Spain Audiovisual Hub; y la financiación y apoyo de proyectos tecnológicos emergentes vinculados a la digitalización, la Inteligencia Artificial y el sector audiovisual, tal y como explicaba el Ministro Escrivá en su comparecencia ante el Senado.
Este proceso (nada sencillo) requiere de un liderazgo transformador, por eso los aspectos organizativos son clave. La SETT estará adscrita al Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, un ministerio que en su denominación lanza ya un poderoso mensaje. El primero, el ascenso de la Transformación Digital a rango de Ministerio, la primera vez, y que demuestra el compromiso con este ámbito, y el segundo, no por ello menos importante, su gestión conjunta con la Función pública, reconocimiento implícito de la necesaria transformación también del modelo de funcionamiento de la administración, de la burocracia.
Se trata así de contar con el capital humano para acabar con la mala burocracia, con la Burocracia digital. Porque la administración vive un proceso continuo (e interminable) de modernización desde mediados del S XX, cual día de la marmota eterno. Pero no parece que ni la ciudadanía ni el sector empresarial tengan la percepción de que las relaciones con la administración sean más sencillas hoy que hace 20 años. Y ello a pesar de que la reforma de la administración es una de las políticas palanca del PRTR, porque el sector público debe ser una de las palancas fundamentales para relanzar el crecimiento económico, la reducción de la desigualdad, o el aumento de la productividad. Nunca una carga administrativa.
Y todo ello sin olvidar por las posibilidades que ofrece en la colaboración público-privada. Porque al Sector Público le corresponde tomar la iniciativa, pero no podrá hacerlo solo. Sólo con el triple liderazgo, público, privado y social podrá emerger un futuro más sólido, digital y sostenible, un futuro de gobernanza colaborativa, siguiendo el camino de convergencia fijado por la Unión Europea, por la Agenda 2030, pero sobre todo, fijado por lo más importante, el “sentidiño”. ¿A qué estamos esperando para unir fuerzas? No saldremos de la crisis ni conseguiremos un futuro mejor si no evitamos que, como siempre, lo urgente se lleve lo importante, sino tejemos alianzas, construimos puentes de comunicación y proyectos de futuro que permitan aparecer compromisos transversales, multilaterales, tal y como señala el ODS 17. Liderazgo compartido, ésa es la clave.
El proceso está en marcha, según el acuerdo del Consejo de Ministros, la previsión es que la SEPI digital pueda empezar a estar operativa a partir del mes de mayo, esperemos que ahora sí.
Artículo original publicado en Masqleyes
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