04 may. 2023
Correr el Marathon des Sables siempre fue un sueño para mí. ¡La carrera más dura del mundo! Me sentía atraída por la idea de enfrentarme a un desafío extremo, traspasar mis límites y vivir esta aventura como un reto más allá de lo puramente deportivo.
Como os he ido contando estos meses atrás, tanto en el Sport como mi canal de VivircorRiendo, han sido muchas ¡y muy intensas! las emociones vividas durante mi preparación y hasta la línea de salida. Y, aunque el camino no ha sido fácil, lograr el objetivo de convertirme en “Sablera” ha sido y será uno de los momentos más gratificantes de mi vida. Mi experiencia en Sables ha sido un cocktail de alegría y sufrimiento. Pero, en última instancia, única e imborrable. Y volvería a hacerlo una y mil veces para poder sentir lo que hoy siento. Quiero destacar 5 aspectos:
1. Más que una carrera, es una aventura 360º, una experiencia física, anímica y mental. Combinas deporte, viaje, paisajes, amistad, valores, supervivencia…y todo con una intensidad extrema. Allí sientes que se detiene el tiempo, que las emociones se engrandecen y aprendes tanto a relativizar lo superficial como a darle valor a lo que realmente importa. Es correr para crecer.
2. Los corredores convivimos y compartimos muy por encima de competir (con excepción de los profesionales). Se forjan amistades sólidas, alimentadas por la solidaridad y el deseo común de superación que nos mueve a todos, de cruzar esa meta con las historias y motivaciones que cada uno, a nuestra manera, cargamos en nuestras mochilas. Me llevo grandes amigos sableros.
3. Los valores del deporte ganan por encima del crono. Hemos vivido una lección por parte de la atleta Ragna, quien nos ha demostrado por qué Sables es mucho más que una competición de ultra resistencia. Ganadora indiscutible en las tres primeras etapas, en la 4ª, por problemas físicos que la detuvieron e impidieron seguir corriendo, quedó desbancada del podio y sin embargo caminó hasta el final, con dolor, por compromiso con ella misma y todo lo que significa el deporte. Haber compartido haima contigo, Ragna, ha sido conmovedor. Gracias, amiga.
4. En el Marathon des Sables he superado, con creces, mi umbral del dolor físico. En el tercer día de la carrera, mis pies estaban llenos de ampollas y terminé la etapa con un dolor que se volvió insoportable. Empecé a sentir que no podría continuar. Antes de arrancar la siguiente etapa, la 4ª, de 90kms, lloraba. Era inhumano y apenas podía caminar. Sentía miedo ante la posibilidad de no tolerarlo y de tener que abandonar.
Es entonces cuando las palabras y el abrazo de un amigo te dan alas, confianza y fuerza para seguir adelante. Borró mi sensación de impotencia, de derrota, me hizo volver a creer en mí y a no dejar escapar mi sueño de cruzar la meta. Gracias, Albert (Ginè), mi logro tiene una gran parte de ti. También a los sableros que me “empujastéis” hasta la meta. Os llevaré siempre conmigo.
Tuve que poner a prueba mi tolerancia al dolor. Sabía que no podía abandonar, así que puse foco en un trabajo absolutamente mental:
· Pensamiento positivo: en saber que iba a cumplir mi sueño de cruzar la meta de Sables y en sentirme muy querida por familiares, amigos, patrocinadores y todos los que me apoyabais. No podía defraudarme ni defraudaros.
· Respiración profunda, constante y consciente
· Atención plena en la observación del dolor y el pensamiento de saber que era temporal y que tenía que centrarme en el objetivo final, en mantener mi motivación y recordar por qué estaba corriendo.
· Visualización de imágenes asociadas con la tranquilidad y felicidad: paisajes, abrazos, agradecimiento a la vida, viajes …
Jamás lo olvidaré. Y así acabé esta etapa, ¡que me llevó 21 horas!, la siguiente de 42kms y la última solidaria. Un auténtico calvario con sensación de ir caminando y corriendo sobre brasas o cristales, pero también un aprendizaje de perseverancia y un regalo de haber crecido como persona.
Permitidme que haga una observación: por supuesto, sí hay límites y es clave escuchar las señales que te envía tu cuerpo. ¡Salud ante todo!
Y, como todo esfuerzo tiene su recompensa, conseguí algo absolutamente impensable para mí y para los obstáculos que había tenido a partir de la 3ª etapa: no sólo logré cruzar la meta sino también finalizar en la posición 21 de la clasificación femenina y ser la mejor corredora española de la prueba.
5. Por último, los consejos sableros de experiencias pasadas te ayudan mucho a prepararte pero siempre hay que tomarlos sabiendo que lo que funciona a una persona no necesariamente te funciona a ti. Y aun así, también depende de circunstancias externas como, en este caso, la ola de calor que nos ha azotado muy por encima de otras ediciones. Así que, escucha y aprende de los consejos, pero…¡hazlos tuyos desde dentro viviendo esta maravillosa aventura!
El Marathon des Sables ha sido una experiencia que ha calado hondo en mi vida. Me enseñó a forjar la perseverancia y la fuerza mental, a potenciar los valores del deporte en un desierto implacable pero también increíblemente hermoso y único. Sables es una metáfora de vida.
Artículo original publicado en el diario Sport
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