18 jul. 2024
Paula Fernández-Ochoa
Estimado abogado emprendedor: Me permito la libertad de dirigirme a ti, no sólo como consultora, sino como colega en la ardua pero apasionante travesía del Derecho.
Hemos trabajado concienzudamente en la estrategia y marketing para despachos como el que estás constituyendo, y en dicho contexto me gustaría añadir y enfatizar una verdad irrefutable: el éxito en tu carrera es y siempre será inseparable del bienestar personal, y esto no admite negociación.
Joseph Leonard dijo: "El ser humano pasa la primera mitad de su vida arruinando la salud y la otra mitad intentando restablecerla".
Esta reflexión resuena particularmente en el ámbito legal donde, lamentablemente, la prevalencia de estrés y problemas de salud mental son una realidad que no podemos permitirnos ignorar.
No es negociable, el éxito legal demanda bienestar.
Los datos son reveladores: el estrés y los trastornos mentales acosan al 80% de los colegas; 3 de cada 10 abogados preferiría otra profesión si pudiera retroceder en el tiempo; y ¿Qué decir del estigma? Como abogados, solemos presentarnos como estoicos e imperturbables, cualidades veneradas en el pasado, pero la realidad es otra.
La ansiedad y el desgaste emocional son comunes, aunque, como revela una reciente encuesta de la International Bar Association, el 41% de los letrados evitaría hablar sobre su bienestar emocional para no comprometer su carrera.
Estas cifras no son meros números, sino un reflejo de una realidad que demanda nuestra atención y acción inmediata.
La mayoría de los abogados vive en permanente estado de alerta por la intensa competencia, las maratonianas jornadas, la hiperconectividad, la cultura de la inmediatez, las multitareas asumidas y la sobrecarga de trabajo, lo que no sólo merma su salud sino también su capacidad profesional. Éstos no son sino síntomas de una cultura profesional obsoleta que estamos llamados a transformar.
La OMS ha cuantificado el impacto económico del bienestar en el lugar de trabajo, afirmando que cada euro invertido en programas de salud mental puede representar un retorno de 3,5 euros. La productividad, la atracción y fidelización de talento, y una imagen de marca positiva son sólo algunos de los beneficios tangibles de una cultura que prioriza el bienestar.
Este cambio de paradigma hacia una práctica legal más humana es esencial en la era post-COVID-19, donde los valores genuinos y la empatía cobran mayor importancia. El bienestar y la consideración de nuestra condición humana deben estar en el centro de nuestros ecosistemas colaborativos y en las decisiones empresariales que tomamos.
Así pues, te recomiendo que incorpores estos principios en la constitución y gestión de tu despacho. Que este emprendimiento jurídico no sólo se mida por su éxito financiero, sino también por la calidad de vida que ofrece a sus integrantes y ecosistema.
El futuro de la abogacía nos exige estar a la altura de los retos de un mundo en constante aceleración, donde el bienestar emocional se convierte en un pilar fundamental para una práctica sostenible y ética.
No tengas temor de enfrentarte a los desafíos que vienen con este cambio. El riesgo más grande que puedes cometer sería rehusar a tomarlos. Confía en tu experiencia y tu estabilidad personal para forjar un camino sólido en esta nueva etapa. La pasión, la autenticidad y un compromiso genuino con tu trabajo resonarán con tus clientes y te distinguirán en el mercado.
Estoy aquí para apoyarte en lo que necesites. Juntos, podemos garantizar que esta travesía emprendedora sea una inversión en un proyecto de vida lleno de significado y satisfacción.
Recuerda siempre que el éxito legal demanda bienestar y no es negociable.
Artículo original publicado en Todo Juristas
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