Los fondos tocan la puerta de los bufetes

15 oct. 2025

Carlos García-León

La reciente noticia de la entrada del fondo estadounidense New Mountain en Grant Thornton ha sido el último movimiento de acceso de fondos de private equity en firmas de servicios profesionales, incluidos los despachos de abogados, pero seguro que no será el último, según vaticinan la mayoría de expertos del sector. La tendencia va en aumento y algunos ya piensan que puede convertirse en una ola. Por ejemplo, hace poco más de un mes, el socio director del despacho Ceca Magán, Esteban Ceca, ya lo apuntaba en el titular de una entrevista en un medio: “La entrada de capital en los despachos vía fondos de inversión va a revolucionar el sector legal”.

Sea una evolución o una revolución, sólo el tiempo lo dirá, lo que es evidente es que los fondos han puesto la vista en las firmas de abogados y desde hace meses se están produciendo acercamientos y conversaciones entre diferentes fondos y despachos. La rentabilidad de los bufetes es muy atractiva para los fondos y los bufetes lo saben, y en un primer momento escuchan y se dejan querer, aunque luego muchas de las negociaciones no avancen.

Hasta el momento ya han cristalizado varias operaciones. Si dejamos a un lado la entrada en 2021 del fondo Portobello en Legálitas, al tener un posicionamiento y modelo de negocio diferente, una de las primeras operaciones importantes enfocadas en la abogacía de los negocios la protagonizó Écija, que a mediados de 2024 anunciaba la entrada en el capital social del bufete, en régimen de minoría, de Alia Capital Partners, firma española de private equity. El objetivo: acelerar el crecimiento en los siguientes años y superar los 150 millones de facturación en 2028. 

A finales del mismo año 2024, Sagardoy Abogados cerró una alianza estratégica con el fondo suizo Ufenau Capital Partners para impulsar el crecimiento del despacho español, acuerdo al que se sumaron otros actores como el bufete murciano Carrillo Asesores, con el objetivo, según manifestaron ambas firmas entonces de crear “la principal plataforma nacional en el ámbito de los servicios”, pero sin ningún cambio en la estrategia ni en la gestión de ambas firmas.

En el presente año 2025 el interés ha crecido y otras dos operaciones de calado han fructificado, como la entrada del fondo neerlandés Waterland Private Equity en el capital de Auren, firma española de servicios legales y fiscales, además de auditoría y consultoría, y cuyo objetivo es de nuevo el “crecimiento”, esa palabra que se hace común denominador en todas estas operaciones.

Y como decíamos al principio, hay que sumar la recién anunciada entrada de New Mountain en Grant Thornton, que peleó y venció en la carrera al fondo Cinven. 

Pero, en un sector que durante años ha esquivado la entrada de capital externo y que goza de una excelente salud apoyado en el modelo de partnership, ¿por qué se están produciendo ahora estos movimientos? El presidente de Auren, Mario Alonso, lo dejaba claro hace unos meses al conocerse los detalles de su operación: “La entrada de un fondo de inversión permite a la firma superar las limitaciones del modelo tradicional de partnership, aportando recursos para el crecimiento inorgánico, adquisiciones estratégicas e inversión en tecnología avanzada. Además, impulsa una gestión más profesional estableciendo estándares de gobernanza y transparencia que fortalecen la estructura operativa de la firma”.

¿Significa esto que va a haber un aluvión de fondos entrando en bufetes? ¿Cambiarán las reglas de juego en la gestión de las firmas, hasta ahora en manos de los propios abogados socios? Algunos expertos del sector se cuestionaban hace unos meses si hay realmente un interés de los despachos en dejar entrar a los fondos en su capital, pues de momento ha sido algo muy residual. 

Parece lógico que, en determinadas estructuras y tipos de servicio, la entrada de inyección externa suponga un rápido crecimiento inorgánico e inversiones en tecnología que logren mejorar la posición competitiva de la firma, pero los expertos no lo tienen tan claro en bufetes más tradicionales, donde no siempre es tan evidente a qué destinar el capital y además se corre el riesgo de crear tensiones con los socios “profesionales”, que quieren una rentabilidad sostenible a largo plazo y tener el control de la firma, incluido el poder elegir con quién trabajar o decidir su especialización. ¿Se podrían ver alteradas estas ventajas asociadas al partnership

La clave, pues, parece encontrarse en que la entrada de los fondos no cambie las normas establecidas y que, como afirma Íñigo Sagardoy, “no haya cambios en la estrategia ni en la gestión de las firmas”. Esto parece que sobre el papel será así, sobre todo porque la Ley de Sociedades Profesionales de 2007 obliga a que la mayoría de la propiedad esté en manos de sus socios profesionales. Pero habrá que ver cómo conjugan los deseos del inversor, que normalmente sólo espera un beneficio a corto o medio plazo, con el de los socios que trabajan en la firma, que además del beneficio gestionan una visión más a largo plazo donde palabras como confianza, reputación o relaciones entre personas son fundamentales para que un bufete perdure en el tiempo. 

A debate en el Legal Management Forum 2025

Difícil ecuación, sobre todo, porque muchos expertos opinan que un fondo no entra en un despacho para quedarse de espectador. Sin embargo, al mismo tiempo en el sector se respira un ambiente de optimismo, con la creencia de muchos abogados y consultores de que esta particularidad no tiene por qué enturbiar una buena combinación si se tiene una estrategia clara y una gobernanza bien definida, convirtiendo a los fondos de inversión en aliados en la evolución de las firmas jurídicas.

El 21 de octubre en Madrid, en el Legal Management Forum 2025, que organizan la Fundación Aranzadi LA LEY e Inkietos, trataremos en profundidad este tema en la sesión “La entrada de fondos en despachos de abogados. Objetivos y retos”, en el que moderaré una mesa redonda entre Hugo Écija, presidente de Écija Abogados, uno de los despachos españoles que han dado entrada a un fondo y Miguel Riaño, presidente de Carbonia Investments, socio que canaliza en España las inversiones del fondo norteamericano Fortress.

Artículo original publicado en Noticias Jurídicas

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