05 oct. 2023
Eugenia Navarro
Es habitual pensar que somos las decisiones que tomamos y que nuestro camino va marcado por lo que decidimos aceptar y, especialmente, por lo que decidimos no aceptar. La clave del éxito, algo tan analizado, estudiado y escudriñado en los perfiles de los directivos de mayor reconocimiento está aún por desvelar y aunque las decisiones tengan mucho que ver, creo que el primer paso es decidir qué significa el éxito y eso requiere de una reflexión personal y única, que nada tiene que ver con el reconocimiento externo.
Para muchas madres (y padres), el éxito profesional es tener una jornada controlada que les permita estar con sus hijos y eso no tiene nada que ver ni con el feminismo ni con los derechos de la mujer, es una opción personal. Para los jóvenes, el éxito es tener tiempo para sí mismos, para otros, ganar mucho dinero o tener un bonito cargo junto a su nombre. Así pues, aunque existan conceptos colectivos del éxito, para cada uno de nosotros es diferente y responde a decisiones que hemos tomado en función de lo que consideremos que significa el éxito. Esas decisiones serán las que marquen nuestra carrera profesional y responden también a nuestro momento vital.
No hay decisiones de carácter absoluto ya que siempre van acompañadas de una situación personal, y creo que eso es muy importante a tener en cuenta por parte de los empleadores. Una persona puede renunciar a carrera profesional en un momento de su vida y ser un talento totalmente válido en otra etapa. Lo que no puede ocurrir es que el talento que ha renunciado en un momento dado por sus circunstancias personales ya salga de la carrera, sin opción alguna de vuelta porque las estructuras son extremadamente rígidas y pautadas.
Muchos jóvenes de Máster de Acceso a la profesión jurídica visualizan por fin su primer paso en su carrera profesional. Los futuros abogados tienen ante sí un primer reto profesional, su primera decisión, que, a pesar de la importancia actual para ellos, debido a su juventud, deberían poder comprender que su éxito profesional no vendrá marcado por esta primera decisión, sino por múltiples decisiones de futuro, oportunidades y algo de suerte.
Con el tiempo aprenderán que el éxito profesional depende de su capacidad técnica, pero especialmente de su capacidad relacional y en especial, de cómo de cerca están de las personas que tienen el poder y la capacidad de decisión. Ahora más que nunca las habilidades y competencias sociales son clave para la evolución en las organizaciones, algo para lo que formamos poco a nuestros jóvenes
Si hablamos del éxito profesional marcado por la categoría del cargo que ocupas, es importante comprender que la manera en que te relaciones será la clave. La percepción que tienen los demás de ti, se trabaja y se cuida, pero tradicionalmente al abogado no le ha interesado su marca personal ya que han sido entrenados para resolver los problemas legales técnicos. El abogado de firma es el alumno aventajado en estos temas, pero el abogado in- house tiene mucho camino que recorrer en el cuidado de su marca personal. entre otras cosas sumamente importante, aunque no responda a la realidad. No olvidemos que se trata de percepciones, no de realidades y estas percepciones se construyen especialmente en base a la toma de decisiones que hacemos a diario. Nuestras decisiones emiten mensajes de posicionamiento a nuestros compañeros, clientes y amigos.
Nuestras decisiones deberían ser las que marquen nuestro camino y no las que otros toman por nosotros. No es fácil e implica riesgos, pero eso depende de las decisiones que tomemos. No tengo claro si se nos puede enseñar a tomar decisiones, pero decidir correctamente es el arma más potente que tenemos para dirigir nuestra vida profesional. Los valores y la familia son una buena guía, pero para otra pesa más la remuneración y el cargo, pero todo ello dependerá de lo que consideremos que es el éxito para cada uno de nosotros.
Desde mi propia experiencia, creo que liberarse de los miedos al cambio en un entorno tan cambiante ayuda a tomar decisiones para saltar de un trabajo rutinario. El riesgo conlleva innovar apertura al cambio y en algunos casos al fracaso. Pero no en vano muchos millonarios se han arruinado varias veces. El cambio forma parte de la vida y cada vez más en un sector como el nuestro que está en pleno cambio de paradigma. Hemos conocido al chatGPT en el 22 y estoy convencida que la inteligencia artificial generativa cambiará la profesión como nunca antes.
Así pues, hay que decidir y cuanto más cambio, más decisiones, el único error sería aferrarse a lo que tenemos por el miedo a volar.
Artículo original publicado en el Blog de comunicación, marketing y coaching de Abogacía Española
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