28 feb. 2024
Marisa Méndez
El estudio Happiness Research For Lawyers reveló que un 66% de los encuestados declaró que la alta carga de trabajo les dificulta tener una buena calidad de vida y lograr equilibrar el ámbito laboral con el personal y 76% desea un régimen de trabajo más flexible.
Se revisaban 11 aspectos para medir el clima organizacional de los estudios: cultura, equipo, liderazgo, clientes, reconocimiento/motivación, desarrollo profesional, talento, bienestar, equilibrio, inclusión y organización.
Por parte de los estudiantes de Derecho la demanda que se repite es que las universidades deberían dar clases de cómo manejar el exceso de trabajo y el sentido de urgencia.
Deben aprender a tener una gestión de ellos mismos, aprender autocuidado, por lo que deben aprender técnicas de sueño, respiración, nutrición, todas estas variable que son básicas, y a partir de ahí darse cuenta de lo que para ellos son aquellos disparadores, aquello que les hace sentirse mal o los hiperactiva.
Porque el estrés es necesario, es buenísimo, no estamos vivo sin estrés, nos permite salir de los peligros, pero hay un punto en el que el estrés ya no me hace pensar bien.
En el estudio “Bienestar mental en la profesión jurídica: un estudio global”, realizado en 2021 por la International Bar Associaton, se destacaba que Solamente un 16% dijo que todos los socios/altos directivos habían recibido formación específica sobre bienestar mental, con un 26% que notificó que algunos lo habían recibido y la mayoría (un 54%) señaló que nadie había recibido este tipo de formación.
En una profesión donde una palabra puede cambiar completamente un contrato, es necesario poner atención al detalle, pero también hay que encontrar al límite respecto de qué exigencia es demasiado, lo que depende de cada individuo.
La exigencia es una característica innata de esta profesión, entonces hay que poner el enfoque en aprender a desconectar. Y me exijo en el trabajo, porque puedo perjudicar a mis clientes cuando no lo hago, pero me doy el espacio para descansar y desconectar totalmente, porque así puedo recuperar mis niveles de energía.
Dentro de esta lógica entran los ritmos ultradianos, que a diferencia de los ritmos circadianos —variaciones biológicas que regulan los cambios en las características físicas y mentales que ocurren en el transcurso de un día— se encargan de variar los parámetros biológicos en menos de 24 horas.
Los estudios sobre los ritmos ultradianos han mostrado la necesidad de tomar descansos en actividades que requieren alta atención, dado que el ritmo en el que opera el cuerpo no permite una concentración estable por más de 50 minutos en tareas de ese tipo, como prestar atención a una clase.
En las escuelas los tiempos han bajado, antes era una hora y media de clase, pero ahora son 55 minutos. Necesitamos parar y hacer otra actividad, ya que si por ejemplo estoy enfocado como abogado en un contrato por mucho tiempo, terminará dando lo mismo el esfuerzo que haga; el cansancio va a superar con creces lo que voy a poder hacer, porque mi atención y funciones cognitivas superiores estarán afectadas.
Un problema relevante es la procrastinación, la cual se encuentra vinculada a la gestión emocional del abogado. Vamos posponiendo tareas que, por motivos individuales en cada uno, nos hace contactar con emociones muy desagradables y para no afrontarlas la dejamos para el futuro. Actualmente, sabemos que las soluciones a ese problema tiene que ver de aproximaciones individuales y desde una perspectiva caso a caso.
Artículo original publicado en Idealex
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